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Aquellos maravillosos años (II)



por Benito Martínez, Julián García y Andrés Tutor

En el artículo del mismo nombre que Dª Amelia Lázaro escribe en la revista número 17 indica que, después de cerrarse el salón del tío Andrés y de la tía Faustina, se celebraba el baile en el Teleclub, en el que animaban la sesión Benito Martínez con el laúd y Juli García con la guitarra.

Se le ha escapado aquí un error que queremos corregir, y aprovechamos esta puerta de entrada para ampliar ese bonito artículo.

Respecto a los que tocaban en el Teleclub, eran Benito Martínez Largo y Lázaro Córdoba Tutor. El primero de Trébago y el segundo de Fuentestrún. Les pagaban, entre todos los mozos, 5 duros (25 pesetas) para los dos, y la bebida, por tocar desde las 5 de la tarde hasta que venían las cabras (aproximadamente las 8 de la tarde). De esto hará unos 40 ~ 42 años.

Ese momento de la venida de las cabras era el que marcaba el fin del baile, ya que entonces todas las mozas se iban para atender y ayudar en las labores de la casa. Hay que aclarar que al baile iban sólo las chicas solteras (las "mozas") y los hombres solteros (los "mozos"), ya que en cuanto que se casaban dejaban de ir al baile. Las casadas sólo participaban en el baile en las bodas, ya que se bailaba en la calle en la puerta de la novia, y en las fiestas, que el baile era en el juego de pelota.

Movidos por el artículo de Amelia, y puestos a recordar, Benito comenta que una vez, cuando él era mozo, habían discutido los mozos y se habían dividido en dos bandos. Entonces él organizó el baile en su era, y así prohibió la entrada a los del otro bando.

Julián comenta que en aquella época se iba mucho de ronda (sólo los mozos) y que la tía Nicolasa les enseñaba canciones que ella se inventaba para cantarlas en bodas, rondas, para dar la bienvenida cuando venían los americanos, etc.

De ella era una coplilla que le cantó a D. Félix Gil, cura que fue de Trébago durante muchos años, cuando llegó a hacerse cargo de la Parroquia:
A Don Félix Gil del Barrio
mil parabienes le damos,
que tenga mucha salud
y que viva muchos años.
Todas las opiniones coinciden en resaltar el buen carácter de la tía Nicolasa, lo alegre que era, y lo que le gustaba hacer versos y cantar. Así, Andrés Tutor nos comenta que por el año de l950 sucedió en Trébago un hecho por demás extraño e inaudito, y según veo nadie lo recuerda, pero que llenó de tristeza a los moradores del pueblo.

Alguien que bajaba del monte, al pasar por la Ermita se percató de que ya no estaba la campana en su lugar, y así lo informó al pueblo.

El Alcalde de entonces, de nombre Conrado Córdoba, se encargó de dar parte a la Guardia Civil reportando el robo de que había sido objeto nuestro pueblo. Afortunadamente, hechas las pesquisas, a pocos días apareció la campana en un bazar.

Esto dio lugar a que la tía Nicolasa Barranco, mujer ya anciana pero muy alegre y devota, que por cierto era propietaria de la burrita más popular del pueblo, ya que era la única que existía de color blanco, improvisara una copla a los cánticos que el pueblo entonaba ese año al bajar la virgen de la Ermita al pueblo. Esa copla, cantada con todo el fervor religioso de la tía Nicolasa, decía así:
Virgen del Río Manzano,
Tú que tienes el poder,
ha aparecido el campano
cuando lo iban a vender.
Aunque este hecho no se ha comentado mucho por el pueblo, sí es cierto que Benito y Julián lo recuerdan perfectamente, así como otras personas. Según indican, era mayordoma cuando robaron el campanillo Lidia Orde Vera, mujer de Agustín Domínguez Lázaro.

Y recuerdan también de la tía Nicolasa que muchas veces preparaba la cena a los mozos, que solía consistir en Judías blancas y Cabrito. De éste preparaba dos platos, primero la pepitoria (la asadura, el corazón y la sangrecilla, con cebolla), y luego el cabrito, asado o frito.

Algunas de estas cenas se realizaban como consecuencia del dinero que los mozos obtenían del "rescate", hecho que se producía con motivo de las bodas.

La víspera de la boda los padrinos invitaban a los mozos a copas, pastas, tabaco y baile en casa de la novia. Para el baile tocaba Benito, acompañado de otras personas. Unas veces Pepe (José Lázaro Carrascosa), otra Santos (Santos Martínez Orte), otras Fortunato (Fortunato Ruiz Ojuel), otras Felipe (Felipe Martínez Montes), ...

Si los padrinos se habían portado bien en las dádivas, les cantaban esta coplilla:
Nos despedimos de ustedes
muy contentos y orgullosos
por el buen comportamiento
que han tenido con nosotros.
El día de la boda, los padrinos metían a los mozos en una habitación y les daban el "rescate", que era dinero para una merienda. Dicho importe lo consensuaban entre los mozos, y se lo daban al Alcalde de los mozos. En Trébago fue Alcalde de mozos durante muchos años Isidro Martínez Sánchez.

Nota:
La foto que aparece en el artículo nos la ha enviado D. Andrés Tutor, indicando que fue tomada el año 1940. Y que de izquierda a derecha aparecen: la tía Nicolasa, atrás María Tutor (mi tía) y en brazos a Eduardo, el tío Donato, mi abuelo Mauricio, el tío Fructuoso, y Juliana Tutor y en brazos mi primo Carmelo el más joven de la foto que ahora debe tener 63 años, abajo Carmen la mujer de Benito, el niño al que sólo se le ve la cabeza es Manolo, que no era de Trévago, sobrino de Donato, la niña de tirabuzón es mi hermana Eulalia y el niño de adelante es mi primo Miguel.

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