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Heráldica del apellido Carrascosa



por Santiago Lázaro Carrascosa

Según nuestro criterio, Carrascosa es un apellido toponímico tomado del nombre Carrascosa, con que se denominan a varios pueblos, villas, agregados, montes, ríos, caminos, accidentes geográficos, etc., de todos los cuales está plagado desde antiguo el solar histórico de Castilla, y sobre todo en las actuales provincias de Soria, Guadalajara y Cuenca.

Esta designación, aplicada a entidades de población, es muy frecuente en Soria, donde nos encontramos con tres pueblos o villas así denominados, que son: Carrascosa de Arriba y Carrascosa de Abajo que pertenecen actualmente al Partido Judicial de El Burgo de Osma, y antiguamente, Alta y Baja Edad Media, eran parte de la Comunidad de Villa y Tierra de Caracena; y Carrascosa de la Sierra, perteneciente actualmente al Partido Judicial de Soria, pero antiguamente, en la Alta Edad Media, dependía de la Comunidad de Villa y Tierra de Magaña, en la vertiente sur de la Sierra de Alba. Posteriormente, y cuando menos a partir de 1270, reinado de Alfonso X El Sabio, pasó a depender de la Comunidad de Villa y Tierra de Soria, en su sexmo de San Juan, y más tarde fue Villa eximida, hasta 1832.

Además mencionamos, como cosa peculiar para resaltar la importancia y difusión que por estos lares tuvo la palabra Carrascosa, en la villa de Berlanga de Duero, Soria, se venera en una de sus numerosas ermitas, una dedicada al culto de la Virgen Nuestra Señora de Carrascosa.

En Guadalajara tenemos Carrascosa de Henares, del Partido Judicial de Brihuega, y Carrascosa de Tajo, del Partido Judicial de Cifuentes.

En Cuenca tenemos Carrascosa, del Partido Judicial de Priego, Carrascosa de Haro, Partido Judicial de Belmonte, Carrascosa del Campo, Partido Judicial de Huete, y Carrascosilla, agregado al municipio de Huete.

A la vista de todo lo expuesto creemos que, antes de que Carrascosa fuese apellido, se aplicó para denominar a topónimos y a entidades habitadas, derivado justamente de la cualidad de tener dichos lugares y entidades muchas carrascas o encinas en sus respectivos términos, cosa que aún todavía sucede en la actualidad.

Entonces, consideramos, con poco margen de duda, que el nombre de población Carrascosa pasó a hacerse apellido con mucha facilidad, como ha ocurrido en cientos de casos y con otros apellidos, por las diversas circunstancias, situaciones y coyunturas, que el devenir de la vida debió poner, y puso, a las personas que adoptaron por su apellido, el nombre de sus respectivas aldeas, villas o ciudades. Aquellas circunstancias pudieron ser, por ejemplo, que un habitante cualquiera, Juan, Pedro, Antonio, etc., nacido en pueblo llamado Carrascosa, se trasladara a otro, y le llamaran genéricamente Juan o Pedro "el de Carrascosa", y sus descendientes con ese apelativo lo hicieran hereditario, como así sucedió realmente en cientos de veces. También durante las persecuciones de los judíos, en los siglos XIV y XV, seguidas de expulsión en este último, provocaron las conversiones en masa de aquéllos al cristianismo, y al renunciar a sus nombres y apellidos hebreos adoptaron como nuevo apellido, no el de los castellanos clásicos, como Domínguez, Pérez, Martínez o García, sino el nombre de cosas, objetos, accidentes geográficos, pueblos, etc., impersonales que camuflaran lo mejor posible su antigua condición de judíos. Estos apellidos fueron, entre otros muchos, Casa y Casas, Montes, Aldea, Roca, Llano, Peña, etc., y los más abundantes, los nombres de pueblos, aldeas, villas y ciudades en donde residían, tales como Córdoba, Sevilla, Soria, Almazán, Cuenca, etc. y también Carrascosa.

En el caso particular nuestro, el más antiguo ascendiente Carrascosa que hemos podido estudiar en los libros parroquiales de Trébago es el de Juan "de" Carrascosa, natural de Valdelagua del Cerro, y nacido hacia 1675-1680, pues se le nombra en la Partida de Bautismo de su nieto Antonio Carrascosa Martínez, nacido en Trébago el 17 de mayo de 1745, e hijo a su vez de Juan Antonio Carrascosa Gómez, natural de Valdelagua del Cerro, nacido hacia 1720, y de María Martínez Martínez natural de Trébago, y nacida el 8 de abril de 1713.

De este nuestro séptimo abuelo Juan "de" Carrascosa, natural de Valdelagua del Cerro, no hemos podido encontrar su partida de nacimiento en los libros parroquiales de este pueblo, ya que los que corresponden a eses fechas han desaparecido de la parroquia o no se sabe dónde paran. Por ello no podemos saber su procedencia demostrada. De todas maneras hemos recalcado entre comillas el "de", precediendo al apellido Carrascosa, en la partida de bautismo del nieto de Juan, y por este detalle podemos deducir con bastante lógica, que si no Juan de Carrascosa, su padre o su abuelo pudieron proceder, algunos de ellos, como emigrantes a Valdelagua del Cerro, de una aldea, villa o pueblo, llamado Carrascosa, pues eso justamente, indica ese "de" tan expresivo, que no significa pertenencia a la nobleza, sino más bien la procedencia determinada de un lugar, llamado Carrascosa. Esta significación, de expresar con el apellido la
procedencia de un ciudadano cualquiera, fue muy usada en Castilla durante la Alta Edad Media.

Es muy posible que no fuera el abuelo de Juan "de" Carrascosa el primer emigrante del apellido a Valdelagua del Cerro, sino un ascendiente más antiguo de finales del siglo XV o principios del XVI. Si esto es así, tomado como hipótesis, alcanzamos de lleno a la expulsión de los judíos iniciada por los Reyes Católicos, y en tal caso ¿pudieron haber sido unos judíos conversos los que trajeron por primera vez el apellido Carrascosa, por la adopción como tal del nombre de su pueblo, Carrascosa, a Valdelagua del Cerro? Es posible que así sucediera, ya que muy frecuentemente, y cuando podían, al cambio de apellido se unía la emigración a otros pueblos, villas y ciudades, de los judíos conversos.

Por otra parte, los judíos raramente fueron propietarios de grandes extensiones de tierra laborable, ni ganaderos a gran escala, sino que se dedicaron fundamentalmente a actividades comerciales y financieras, controlando éstas, casi totalmente, durante los siglos XIII al XVI. Esta parte de Carrascosa de la Sierra, y todo su entorno, Sierra de Alba, del Almuerzo y del Madero fue una zona intensamente ganadera de trashumancia, gran productora de lana, generadora de una gran riqueza, cuyo comercio y exportación a otros países europeos no dejaron de explotar los judíos y conversos en todo momento. Es decir, en donde había riqueza, susceptible de ser comercialmente explotada, allí se establecieron las colonias de judíos. Al calor de esta riqueza ganadera de la zona debieron establecerse en el momento y comienzo de la expulsión, si es que ya no las había establecidas anteriormente, familias y colonias de judíos, conversos o no, huyendo de sus lares habituales ante el gran peligro que suponía para ellos y sus vidas, el aciago y terrible auge de la represión inmisericorde de la terrible Inquisición. Huían en procura de aires y lugares más tranquilos, en donde poder ocultar con más eficacia su condición de cristianos nuevos, posibles judaizantes, o cuando no judíos auténticos ocultos.

Cambiando de apellido y tomando legalmente el del pueblo de donde procedían o al que llegaban, en este caso Carrascosa, pudieron reanudar sus vivencias hasta que con el devenir de las generaciones sucesivas, las familias quedaban enteramente integradas y asimiladas en el seno de la sociedad católica-feudal, que entonces, y posteriormente también, imperaba por todos estos lares sorianos, y en toda la península Ibérica.

De todas maneras, estos huidos judíos o conversos tampoco encontraron un refugio pacífico en esta zona que estudiamos de Carrascosa y su entorno. En toda esta parte nororiental de la provincia de Soria, Ágreda y su entorno, los procesos de la Inquisición por ser judíos durante los siglos XV, XVI y XVII, y gran parte del XVIII, fueron abundantes, y tanto en la capital de la Comunidad, Ágreda, como en todos los pueblos y aldeas que la componían, así como las ciudades, villas y pueblos de todo el Reino, llevaron hasta finales del siglo XIX una relación detallada de los confesados y comulgados anualmente, y de los que no la hacían, en sendos libros de la Iglesia, cuando menos en la de Trébago, que todavía se conservan y que los más antiguos comienzan en 1508. Esto no era nada más que la investigación de los posibles judaizantes, y a través de ella se llegó a muchos procesos por la Inquisición en la Villa de Ágreda, y en algunos casos en pueblos y aldeas, como en Valtajeros, de la Comunidad de Villa y Tierra de Magaña, en donde todavía se conserva un edificio al que aún llaman La Casa de la Inquisición (1). Otro dato más que corrobora lo que llevamos diciendo, o sea que en esta tierra debía haber muchos conversos judaizantes, a juzgar por la vigilancia  eclesiástica, es que en Castilruiz, en Fuentestrún y Trébago hemos encontrado sendos escudos de condición clerical, pertenecientes a funcionarios de la Inquisición, correspondientes a otros tantos curas párrocos, beneficiados, capellanes, presbíteros o arciprestes o de más altas jerarquías eclesiásticas. Estos escudos campean en Castilruiz y Fuentestrún en casas de buena construcción, y en la clave del arco de medio punto que adorna la entrada principal de la casa, y en Trébago, además de ser el eclesiástico un miembro de la Compañía de Jesús, el dicho escudo está esculpido, no en la clave de un arco, sino en el medio de un gran puente de piedra labrada, de gran longitud y porte que hace las veces de un arco. Por supuesto todas las casas a que pertenecen estos escudos son de una buena construcción, que las diferencia ostensiblemente de las del resto de los vecinos. Por lo que decimos en párrafos anteriores queda demostrado que en esta zona de la Tierra de Ágreda y vecinas, había mucho posible judío o judaizante, y ante tal tesitura no sería muy fuera de lugar, y bastante lógico, que algún emigrante de Carrascosa fuera judío converso, entre ellos, algún antepasado nuestro.

Ahora bien, ¿de qué Carrascosa pudo proceder el emigrante que llevara el apellido a Valdelagua y posteriormente a Trébago? Para nosotros no nos cabe la menor duda de que fue de Carrascosa de la Sierra, primero y fundamentalmente por su proximidad, ya que hay desde éste a Valdelagua del Cerro en línea recta, no más de doce kilómetros y medio. Es el mismo entorno geográfico, plena Sierra del Sistema Ibérico, mismas características geográficas, y mismas condiciones climáticas y económicas, pertenecieron los dos pueblos a la Comunidad de Villa y Tierra de Magaña, y junto con éste y todos sus pueblos y aldeas vivieron el auge económico de la ganadería ovina trashumante organizada bajo el Honrado Concejo de la Mesta, durante la edad Media y Moderna, y parte de la Contemporánea, auge ganadero que fue la principal fuente de riqueza de los Reinos de Castilla y León, generadora de grandes fortunas y muchos títulos de noble e hidalguía. Los judíos se instalaban, como comerciantes y especuladores que eran, allí donde la riqueza y el auge económico hacían eclosión. Esta zona nuestra, ubicada en plena región ganadera, feudo del Concejo de la Mesta, y detentadora, como hemos dicho, de la mayor riqueza económica, fue a no dudarlo área propicia para que los judíos medievales y posteriores, españoles, se instalaran aquí, y realizaran sus pingües negocios usureros y agiotistas.

Los judíos, con tal de hacer negocio y obtener pingües y grandes utilidades, cuanto más grandes mejor, se adaptaban a toda clase de condiciones impuestas por el medio, ya fuera ciudad, villa, aldea, pueblo o misérrimas entidades de población. Por ello, es normal que la abundancia de judíos conversos por estos territorios que estudiamos fuera muy grande, en toda clase de poblados y ciudades. Más importantes, desde luego, en estas últimas, como lo indica la judería de Ágreda, que ocupaba en la margen derecha del río Keiles un barrio completo, junto al cristiano en la margen izquierda por el oeste, y al barrio moro por el sureste. Estaba constituido este barrio judío de Ágreda por más de doce grandes manzanas de casas, con sinagoga todavía conservada, y dentro del recinto amurallado de la villa, no así el barrio moro, que estaba extramuros.

Finalmente también es muy posible que el primer emigrante de Carrascosa de la Sierra a Valdelagua del Cerro no fuera converso sino simple y llanamente un ciudadano común y corriente, un habitante muy probablemente pastor, oficio en aquellos tiempos bien remunerado por el auge de la ganadería ovina, que por equis circunstancias vino a asentarse a Valdelagua del Cerro. Al llegar se le conocería, más que seguro, por Juan, Diego o Pedro "el de Carrascosa", y de este modo dicha palabra Carrascosa se hizo apelativo, y después apellido hereditario hasta nosotros hoy en día, con sus múltiples y diversas ramas esparcidas ahora por toda España, toda América y otros varios lugares que no sepamos.

Todas nuestras suposiciones sobre el origen del apellido Carrascosa, aunque sin ninguna base documental, no carecen de lógica, con la que también se escribe la Historia, según dice Fray Justo Pérez de Urbel en su obra el Condado de Castilla, y en ese caso nuestras hipótesis podrían ser muy probables y tener visos de veracidad, y de haber ocurrido según explicamos.

En una ligera descubierta que hemos hecho por los pueblos de Magaña y Suellacabras, vecinos de Trébago, hemos encontrado en el primero un párroco en la iglesia de San Martín, llamado Pedro Carrascosa que ejercía sus funciones en 1750. Así mismo en Valdelagua del Cerro hubo otro párroco llamado Gabriel Carrascosa que ejercía su ministerio de 1750 a 1778. Finalmente, en Suellacabras un tal Gerónimo Carrascosa murió el 12 de octubre de 1758, hijo de Ramón Carrascosa y María Cuesta, naturales de Suellacabras. Por lo que apuntamos, vemos que este apellido Carrascosa estaba en siglos pasados muy extendido por toda esta zona.

Solamente hemos hojeado superficialmente los "Quincue Libri" de estos pueblos, pero a buen seguro que en alguno de ellos podríamos encontrar huellas de alguno de nuestros antepasados Carrascosa, de los siglos XV o XVI.

Carrascosa significa lugar poblado de muchas carrascas, nombre con que se designa a las encinas en este ámbito castellano y que proviene de la raíz prerromana "karr", encina, de origen íbero o vasco. Por otra parte, todas las entidades de población reseñadas con el nombre de Carrascosa están ubicadas, excepto Carrascosa de Arriba y de Abajo que se encuentran en zona montañosa del Sistema Central, Sierra de Pela, decimos que están situadas en zona muy montañosa perteneciente al Sistema Ibérico, y todas ellas pobladas desde tiempos prehistóricos hasta hoy de abundantes bosques de encinas o carrascas, no siendo por ello extraño que tantas entidades de población adoptaran el nombre de Carrascosa, lo mismo que de otros accidentes geográficos los tomaron otros pueblos y aldeas.

Por todo lo anterior, no parece lógico que el apellido Carrascosa tenga su origen en Cataluña, como informan varias fuentes, aunque bien pudieran aparecer algunos escudos del apellido en funcionarios o militares del reinado de Jaime II El Justo, Rey de Cataluña, Aragón, Valencia y Baleares, y de los dominios de esta Corona en Italia desde finales del siglo XIII, sus últimos nueve años, hasta principios del XIV (1327), cuando la reconquista de Alicante, Elche y Murcia por las tropas de este Rey Jaime II a los musulmanes del Andalus. Pero ya para el reinado de este Rey Jaime II, principios del siglo XIV, hacía ya más de dos siglos, como promedio, que las zonas de Soria, Guadalajara y Cuenca, en donde se ubican los pueblos y villas llamadas Carrascosa, habían sido reconquistadas por la monarquía castellana al poder árabe, y es altamente posible que muchos apellidos Carrascosa, castellanos, ya estuvieran adoptados para cuando comenzó a reinar Jaime II El Justo, aunque otra cosa es que alguna de las familias Carrascosa tomaran identidad histórica a través de hidalguía por servicios a dicho Rey, en sus luchas de reconquista contra los reinos árabes.

Algunos de los descendientes del apellido Carrascosa tuvieron actividad destacada en el desempeño de las funciones sacerdotales, tales como D. Joaquín Carrascosa y Hernández, sacerdote nacido en Buñuel, (Valencia) en 1788, que fue canónigo prebendado de la iglesia metropolitana de Valencia y arcediano de la catedral de Orihuela (Alicante).

Otros de este apellido y linaje descollaron en el estamento militar en el Real Ejército Español. Entre ellos están D. Miguel Carrascosa, del Regimiento de Caballería (1711), con cargo de oficial superior; D. Cecilio Carrascosa, del Cuerpo de Infantería, y Manuel Carrascosa Ortiz, del arma de Caballería, éste hacia 1809, y el anterior en 1793.

No aparecen, que nosotros sepamos, títulos nobiliarios de este linaje Carrascosa, ni que alguno de sus individuos probaran su nobleza e hidalguía en ninguna de las órdenes militares de Calatrava, Montesa, ni de ninguna otra, ni tampoco en ninguna Chancillería Real, como la de Valladolid.

(1) Es muy probable que verdaderamente existiera en Valtajeros instalaba una delegación de la Inquisición. Y lo escribimos así porque además del nombre conservado hasta hoy día "Casa de la Inquisición", nosotros, en una de nuestras visitas a este pueblo, identificamos, guardado en un local adjunto al Concejo del pueblo, un "CEPO" en el que cabían inmovilizadas tres personas simultáneamente, y todo el mundo sabe que este instrumento, "EL CEPO", era uno de los aparatos, por llamarle de alguna manera, empleados por la Santa Inquisición para torturar inmisericorde y sádicamente, con una crueldad demoniaca, a los sospechosos, denunciados por los "familiares" de la Inquisición de judíos conversos, judaizantes y no confesados ni comulgados.

Los dibujos de los escudos heráldicos han sido realizados por el autor.


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